La actividad física es vital para mantener la buena salud de un gato maduro.
Los gatos más maduros necesitan los mismos tipos de nutrientes que los gatos adultos de menor edad, pero como su metabolismo se ralentiza, la cantidad de nutrientes necesarios y el modo en que se aportan pueden cambiar. Cada gato es distinto, por ello su veterinario le dará recomendaciones alimentarias adaptadas al estado físico de su animal.
El envejecimiento de los gatos genera nuevas inquietudes ligadas a la alimentación.
- Obesidad. Con la edad, los gatos se vuelven menos activos y tienden a ganar peso. Los gatos de siete a nueve años presentan el mayor riesgo de convertirse en obesos. En ciertos casos se aconseja una dieta hipocalórica. Si su gato tiene sobrepeso, solicite al veterinario que le ayuda a modificar su alimentación.
- Pérdida de peso. Ciertos gatos adelgazan a medida que cumplen años. Esto puede formar parte del proceso de envejecimiento normal, aunque una pérdida de peso progresiva puede indicar un problema médico grave. Comunique al veterinario cualquier cambio significativo en el peso de su animal y determinen conjuntamente si conviene modificar su alimentación. Si el examen físico descarta la presencia de enfermedades, considere una fórmula "senior" con un alto contenido en calorías y mayor cantidad de grasas fáciles de digerir. Estos alimentos son particularmente sabrosos y pueden mejorar el apetito de su gato.
- Problemas dentales. Los gatos mayores son más susceptibles de padecer enfermedades bucodentales, que pueden mermar su capacidad para alimentarse. Las revisiones dentales periódicas evitarán el avance de estas afecciones. Si su gato tiene problemas dentales irreversibles, quizá convenga abandonar el alimento seco en favor de la comida en lata.
Siga las pautas siguientes para alimentar un gato mayor.
- Elija una alimentación adaptada a los gatos de edad avanzada. Para ofrecer a su gato una alimentación apropiada y mantener su buena salud, seleccione una dieta completa y equilibrada específicamente formulada para gatos maduros.
- Asegúrese de que su gato pasa una revisión médica completa al menos una vez al año. El veterinario le informará de los problemas de salud a los que su gato podría enfrentarse y los cambios de alimentación necesarios. En muchos casos, el tratamiento de una enfermedad vinculada a la edad va acompañado de un régimen alimenticio específico. Dé suplementos a su animal solo si lo aconseja el veterinario.
- Controle el peso de su gato. Si percibe que está ganando o perdiendo peso, llévelo al veterinario. él verificará si el cambio de peso está relacionado con algún problema médico y le asesorará sobre qué modificaciones realizar en su dieta.
- Limite la cantidad de golosinas. Los gatos mayores (y sus sistemas digestivos) son particularmente sensibles a los desequilibrios alimentarios provocados por la ingesta regular de tentempiés, golosinas y restos de comida.
- Asegúrese de que su gato tiene siempre a disposición abundante agua fresca y limpia. Si su animal no bebe, considere comprar una fuente. El movimiento del agua tiene a menudo un efecto estimulante.
- Haga que el alimento sea más apetitoso. Con la edad, los gatos pierden su sentido del olfato y el gusto. Los fabricantes de alimentos para animales de compañía han desarrollado fórmulas con aromas y sabores más intensos destinadas a los gatos maduros. Intente calentar la comida para que desprenda más olores y que resulte más apetecible. Remueva bien el alimento para evitar que el gato se queme. Si su gato tiene problemas dentales, triture o mezcle el alimento con un poco de agua para mejorar su textura.